lunes, 12 de diciembre de 2016

Personas altamente sensibles

Los 4 dones de las personas altamente sensibles (PAS)


Cuando uno se ve en minoría frente a la gran mayoría, la primera sensación es sentir desventaja y miedo. ¿Por qué percibo las cosas de un modo diferente? ¿Por qué sufro más que el resto? ¿Por qué encuentro alivio en mi propia soledad? ¿Por qué observo y siento cosas que los demás suelen pasar por alto? Quizás formes parte de las personas altamente sensibles (PAS).

Ser parte de eso 20% de la población que se reconoce a sí misma como una persona altamente sensible (PAS) no es una desventaja, ni te etiqueta como “diferente”. Es muy posible que a lo largo de tu vida, y en especial durante tu infancia, fueras muy consciente de esa distancia emocional, y de como en ocasiones, tenías la sensación de vivir en una especie de burbuja de extrañeza y soledad.

La alta sensibilidad es un don, una herramienta que te permite poder profundizar y empatizar más con las cosas. Pocas personas tienen la capacidad de llegar a este punto de aprendizaje vital.
Fue Elaine N. Aron quien a principios de los 90, ahondando en la personalidad introvertida, detalló con minuciosidad los rasgos de una nueva dimensión no descrita hasta entonces, y que reflejaba una realidad social: la de las personas altamente sensibles, reflexivas, empáticas y a la vez, reactivas emocionalmente.


Si es tu caso, si te sientes identificado/a con esos rasgos que la doctora Aron nos dejó en su libro “The Highly Sensitive Person”, es importante que te convenzas también de que la alta sensibilidad no es un motivo para sentirte extraño o diferente. Al contrario, debes sentirte afortunado por contar con estos 4 dones.


1. El don del conocimiento emocional

Ya desde la infancia, el niño con alta sensibilidad va a percibir aspectos en su día a día que le van a ofrecer una mezcla de angustia, contradicción y fascinante curiosidad. Sus ojos captaran aspectos que ni los adultos tienen en cuenta.

Esa mueca de frustración en sus maestros, la expresión de preocupación en su madre… Serán capaces de percibir cosas que otros niños no ven, y ello, les enseñará desde muy pequeños que la vida es a veces difícil y contradictoria. Verán el mundo con la mirada de niño que se abre tempranamente al mundo de las emociones sin saber aún que las guía, que las hace vibrar o qué afila el sufrimiento adulto.


El conocimiento de las emociones es una arma de callado poder. Nos acerca más a las personas para entenderlas, pero a su vez, también nos hace más vulnerables al dolor.
La sensibilidad es como una luz que resplandece, pero a su vez, nos hace más vulnerables al comportamiento de los demás, a las mentiras piadosas, a los desengaños, a las ironías… ¡Es que todo te lo coges a la tremenda! te dirán a menudo, ¡Es que eres muy sensible! te comentarán otros. Y así es, pero eres lo que eres. Un don exige una alta responsabilidad, tu conocimiento sobre las emociones te exige también saber protegerte. Saber cuidarte.

2. El don de disfrutar de la soledad

Las personas altamente sensible encuentran cierto placer en sus instantes de soledad. Son rincones que buscan con anhelo para llevar a cabo sus tareas, sus aficiones. Son personas creativas que disfrutan de la música, de la lectura… Y aunque ello no quita de que disfruten también de la compañía de otros, es en soledad cuando más satisfacción encuentran.


Las personas altamente sensibles no temen a la soledad. Son esos instantes en que pueden conectar más íntimamente con ellos mismos, con sus pensamientos, libres de apegos, lazos y miradas ajenas.

3. El don de una existencia desde el corazón

A la hora de hablar de las personas altamente sensibles, se les asocia a menudo al sufrimiento. A su tendencia a las depresiones, a la tristeza, a sentirse vulnerables frente a los estímulos externos, frente al comportamiento de la gente. No obstante, hay algo que el resto no sabe: pocas emociones se viven con tanta intensidad como el amar y ser amado…

Y no hablamos solo de relaciones afectivas, la amistad, el cariño cotidiano, o el sencillo acto de experimentar la belleza de un cuadro, de un paisaje o de una melodía, es para las personas altamente sensibles una vivencia intensa. Enraizada en el propio corazón.

La alta sensibilidad es vivir desde el corazón. Nadie vive más intensamente el amor, nadie se deleita más con los pequeños gestos cotidianos, con la amistad, con el cariño…

4. El don del crecimiento interior

La alta sensibilidad no se cura. Uno viene al mundo con ello, con esa particularidad, con ese don que ya se puede ver claramente desde que un niño es bien pequeño. Sus preguntas, su intuición, su tendencia al perfeccionista, su umbral al dolor físico, sus molestias ante luces o olores fuertes, su vulnerabilidad emocional…

No es fácil vivir con este don. No obstante, una vez uno reconoce lo que es y lo que nos puede aportar, llega el momento en que debemos aprender a gestionar muchos de esos detalles. No debes dejar que las emociones negativas te desborden en ciertos momentos.

Debes aprender también que los demás, van a otro ritmo, que no tienen tu umbral emocional. Que no vivirán ciertas cosas con tu misma intensidad, no obstante, ello no significa, por ejemplo, te quieran menos. Respétalos, entiéndelos. Entiéndete a ti.

Una vez hayas descubierto tu propio ser y tus facultades, encuentra tu equilibrio y fomenta tu crecimiento personal. Eres único y vives desde el corazón. Anda en paz, anda en seguridad, y sé feliz.


6 consejos para tratar con personas hipersensibles

Las personas hipersensibles son personas extremadamente intuitivas que sienten todo antes y con más intensidad que los demás.  6 consejos para tratar con personas hipersensibles
Las personas hipersensibles son personas extremadamente intuitivas que sienten todo antes y con más intensidad que los demás. Esta extremada sensibilidad suele hacer de estas personas bastante críticas, puesto que los efectos también son mayores.

Los ruidos, los olores o la forma de actuar de los demás suelen ser un punto clave para las personas altamente sensibles. Además, como son plenamente conscientes de esa sensibilidad extrema, suelen estar incómodos y reaccionar en cuanto notan el primer cambio. Muchas veces, su reacción puede parecer exagerada para los demás y no es raro que empeore con el paso del tiempo.

Un problema que suele presentarse con las personas hipersensibles es que no son comprendidas y pasan por ariscas y malhumoradas. La gente no suele entender el motivo de su reacción ni consideran adecuada su intensidad, lo que empeora la situación y crea un ambiente incómodo y desagradable.


El respeto, clave para tratar con personas hipersensibles
No entender la forma de reaccionar o de vivir los estímulos de otro, no es razón para enfadarse o marginarle. Tampoco es razón para burlarse de él o para buscar la manera de hacerlo reaccionar violentamente. Esto, que a muchos les parece divertido, hace sufrir a las personas hipersensibles e influye en su autoestima. Muchos pueden volverse tímidos e introvertidos a causa de ello.

Si vives o pasas mucho tiempo con una persona hipersensible y sus reacciones viene cargadas de mal humor o actitud negativa, tal vez deberías preguntarte en qué medida provocas tú esas reacciones y qué puedes hacer para favorecer reacciones más adecuadas.

El otro no tiene la culpa de ser tan sensible, igual que tú no puedes evitar sentir dolor y alejarte bruscamente cuando una llama se acerca tu piel o un aguja te pincha un dedo.

En todos los casos, respetar la forma de sentir y de recibir los estímulos de las personas hipersensibles es la clave para tratar con ellas y favorecer una relación saludable y clima agradable para todos.



Cómo tratar con personas hipersensibles

Aplicar este principio del respeto puede no ser fácil siempre, sobre todo porque las personas altamente sensibles suelen estar acostumbradas a no ser tratadas adecuadamente. Esto supone que pueden estar predispuestas o hacerse cada vez más sensibles ante la falta de comprensión de la gente de su entorno.

Los siguientes consejos te ayudarán a tratar y también a cuidar a esas personas altamente sensibles que pueden sufrir ante hechos o situaciones no solo que no entiendas, sino que puede que ni imagines.

Habla en voz baja y evita los ruidos
Puede parecer obvio, pero muchas veces no somos conscientes de lo que puede alterar a los demás el volumen al hablar o de los aparatos que tenemos encendidos o el ruido que podemos hacer. Respetar a los demás implica algo tan básico como controlar la intensidad de los sonidos. 

Con el ruido y el volumen alto invadimos el espacio personal de los demás y creamos un clima propenso al mal humor y las reacciones bruscas en el que el diálogo y la empatía dejan de ser una opción para los demás.

Cuando el volumen o el ruido nos molesta no somos capaces de pensar con claridad y las emociones empiezan dominar nuestra mente racional. Nos pasa a todos, hipersensibles o no. La diferencia es que el hipersensible acusa antes el estímulo.

No le consideres un quejica
Si hay una cosa que molesta a las personas hipersensibles es que los acusen de ser unos quejicas. Ellos reaccionan igual que tú cuando algo les molesta. La diferencia, una vez más, es que ellos perciben el estímulo antes y con más intensidad.

No pienses en lo que el otro se queja, sino en lo que puedes hacer tú para no irritarlo o cómo puedes conseguir que el entorno no le afecte tanto.
Pídele que te informe de lo que le molesta
Uno de los problemas de tratar con gente hipersensible es saber qué es lo que le molesta y hasta que punto le afecta. Muéstrate comprensivo y dispuesto a ayudar y pídele de buenas maneras a la persona hipersensible que te explique qué te le molesta. Es más, pregúntale también que puedes hacer para evitarlo si el modo de hacerlo no te parece obvio.

La persona hipersensible también debe saber que no percibes las cosas igual, pero que tienes interés por no molestarle, que lo que haces lo haces sin ser consciente de que le molesta.

Respeta su tiempo y su espacio
Las personas nos adaptamos al entorno. Es una regla básica de la supervivencia. Pero no todos los hacemos igual. Las personas hipersensibles también desarrollan su propia forma de adaptarse a las circunstancias. Y, como le ocurre a cualquier persona, unas lo hacen de una forma y otros de otra, no siendo todas igual de eficaces.

En cualquier caso, las personas hipersensibles desarrollan su propia forma de adaptación y muchas ponen de su parte para intentar llevar una vida normal. Pero necesitas su tiempo y su espacio. Sus estrategias pueden requerir altas dosis de concentración, alejarse un poco de la multitud durante un rato o mantener cierta distancia. Respétalo y será más fácil.


No provoques discusiones sobre temas delicados
Temas como la política y la religión (y en algunos ambientes el fútbol o el deporte predominante en ese país) son temas sensibles en los que hace falta muy poco para terminar discutiendo.

Alimentar conversaciones sobre estos temas puede ser muy delicado para las personas hipersensibles, por lo que no es recomendable enredarse en este tipo de conversación con ellos. Les afectará emocionalmente más que la mayoría.

Pero para las personas hipersensibles puede haber otro tipo de temas delicados. Eso dependerá de cada persona. Por eso es importante intentar detectar esos temas para no discutir sobre ellos y aprender a identificar las señales de que un tema de conversación es delicado para esa persona.

Cuida los detalles
Las personas sensibles son muy observadoras. Al observar los detalles les dan sentido al mundo que les rodea. Los detalles más insignificantes para los demás pueden ser muy importantes para ellos. Cuidar los detalles te permitirá empatizar más con esa persona, mostrarte comprensivo y ayudarla a que se sienta mejor.

Los 5 pilares del amor en las personas altamente sensibles (PAS)


Los 5 pilares del amor en las personas altamente sensibles (PAS)
La alta sensibilidad fue descrita por primera vez en 1975 por la psicóloga americana Elaine Aron. Su idea era ahondar en los rasgos de la introversión, descubriendo de pronto algo muy llamativo: las personas altamente sensibles.

La personalidad introvertida no disponía de un patrón clásico y común en todas las personas. De hecho, a día de hoy y gracias a la investigación de Jonathan Check, sabemos que hay 4 tipos muy diferentes entre sí.

Por su parte Elaine Aron, en su libro “The highly sensitive person”, nos explica que una de cada cinco personas es altamente sensible, no se trata pues de un rasgo dentro de la propia introversión. En absoluto: es un tipo más de personalidad.


Experimentar la tristeza o la alegría con mayor intensidad, sentir el sufrimiento ajeno, ser muy intuitivos ya desde nuestra infancia, disfrutar de la soledad, ser muy sensibles al dolor, a la luz o sonidos intensos... Todos ellos son rasgos que suelen definir a las personas altamente sensibles, las cuales, no suelen saber que lo son hasta que son adultos. Hasta que la vida, les ha hecho ver que parecían ir siempre a “contracorriente”.

Ahora bien, dentro de todas estas dimensiones, hay una emoción que las personas altamente sensibles, viven de una forma más compleja. Estamos hablando del amor.

¿Cómo mantener una relación con una persona que no siente las cosas con la misma intensidad que nosotros? ¿Cómo gestionar toda esa amalgama de emociones sin perder el equilibrio? ¿Cómo afrontar una desilusión o un fracaso? Te damos 5 claves para que las tengas muy en cuenta.

La alta sensibilidad es un rasgo, un don que a veces abruma, desborda y hace que te sientas como en una isla solitaria rodeado por un océano lleno de alfileres…
1. El amor a uno mismo
El amor, el respeto a uno mismo es un pacto que debe durar toda la vida. Si hay algo que es cierto, es que las personas altamente sensibles, han pasado mucho tiempo “sintiéndose diferentes“, “sintiéndose casi un bicho raro”.

¿Por qué te tomas las cosas tan a la tremenda? ¿Pero por qué eres tan sensible si no ha pasado nada?


Los 5 pilares del amor en las personas altamente sensibles (2)


Es muy posible que estas frases te sean conocidas. Al final, si a lo largo de mucho tiempo siempre hemos recibido los mismos reproches de nuestras parejas y del resto de personas, lo más probable es que nuestra autoestima se debilite.

Debes pensar que la alta sensibilidad no es algo que tienes. ES LO QUE ERES. Y como tal, debes aceptarlo, porque asumiendo ese don te aceptas también a ti mismo/a.
Puede que estés cansado/a de sufrir, de ver cómo los demás van en una dirección, y tú avanzas a contracorriente. Deja de apegarte al sufrimiento, libérate de las emociones negativas y acéptate con toda tu plenitud, valorando todas tus facultades positivas.

La vida de una persona con alta sensibilidad, puede ser maravillosa, intensa y sutil, porque se experimenta desde su corazón
2. Acepta que los demás no puedan experimentar las cosas a tu misma intensidad
Es muy posible que te hayas sentido frustrado/a porque tus parejas no se daban cuenta de las mismas cosas que tú. No eran tan perceptivos, tan sensibles a los detalles, a las miradas…

Tú sabes leer en los gestos, atiendes cada aspecto, te preocupas por cada palabra y cada movimiento… Sin embargo, tu pareja parece ser ciega a esos múltiples detalles. ¿Significa esto que te quiera menos? En absoluto.

El amor no se experimenta siempre de la misma forma, pero ello no quiere decir que no nos amen. Lo hacen, pero a su manera y tú a la tuya.

Debes aceptar que no todo el mundo viste tu mismo traje ni lleva tus maravillosas gafas. Tu amas a otra escala, acepta que los demás lo hagan a la suya porque el amor seguirá siendo sincero.
3. Gestiona las emociones negativas, no permitas que te hagan prisionero
Cuando una persona altamente sensible sufre una desilusión, cuando experimenta una ruptura, una traición o una mentira, su sufrimiento puede llevarle a la indefensión, y a una depresión. Si la felicidad y el amor se vive de una forma realmente intensa, el fracaso se experimenta de igual forma. Y la caída interior puede ser muy grave.

No lo permitas, acepta desde muy temprano la adversidad, la existencia del fracaso, el conocimiento de la tristeza… Entiende que la vida tiene estos agujeros negros en los que nunca deberás dejarte arrastrar.

Haz que tus emociones sean el aliento de tu día a día, sé resiliente. Aprende de tus pérdidas
los 5 pilares del amor en las personas altamente sensibles (5)

4. La sabiduría de la soledad
Si hay un aspecto en el cual, tienes ventaja, es en tu sabiduría de la soledad. Eres de esas personas que encuentran un gran placer estando solas, creando, leyendo, escuchando música… Tienes un conocimiento interior muy vasto, sabes escucharte y atenderte. Sabes hilar el conocimiento de la soledad, porque en ella, te encuentras bien. Eres tú mismo en toda tu grandeza.

Recuerda siempre que quien disfruta de la soledad y de sí mismo, no es dependiente de los demás. No tiene vacíos que llenar porque se ve a sí mismo seguro y realizado.
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Elige a la persona con quien desees construir una vida, pero no desarrolles un apego obsesivo o dependiente. No te aferres. No pierdas el placer de tus instantes de soledad.

5. El amor a tu lado siempre merecerá la pena
El amor es una aventura que siempre merece la pena vivirse, y si es al lado de las personas altamente sensibles, puede ser tan increíble como bella.

Tu aportas esa sinceridad que nace del corazón, que intuye y complace, que sabe afinar la felicidad al máximo y que no sabe de mentiras… No cierres las puertas de tu corazón por haber vivido algún fracaso. Una vida que se experimenta desde el corazón tiene mucho que ofrecer al mundo.